Aquí la vida pasa sin llorar como dijera José Alfredo Jiménez; entre paseos a lo largo del bello malecón; el segundo más grande del mundo, puestas del sol de ensueño, el faro natural más grande del mundo, deliciosa comida del mar, tradiciones y rincones que te transportan al Mazatlán colonial; pero también encuentras la magia de su vida nocturna y la modernidad de su arquitectura, el Mazatlán de hoy te sorprende cada vez más con su constante frescura y alegría, uno de los carnavales más fascinantes del mundo, sus apasionantes deportes y magníficos lugares para hospedarse, comer y divertirse; una ciudad de trabajo y gente hospitalaria al ritmo de la tambora serán parte de tu visita...
 
¡En la perla del pacifico hay un destino para todos, te esperamos!